lunes, 24 de septiembre de 2018

*  HICÁCO. Chrysobalanus icaco. Rosáceas. Arbusto muy ramoso, de 12 a 20 pies de alto, con hojas ovales, cortamente pecioladas; cimas axilares pubescentes, más cortas que las hojas; flores blancas, de estambres velludos; drupa oval, algo carnosa, del tamaño de una ciruela, con estrías obtusas cos- tilludas, blanca, amarillenta o morada. Crece a orillas del mar, formando espesos matorrales. Su fruto es agradable.
–«En la ensenada de Higuerote y playas de su costa, se crían unas matas muy acopadas y bajas, cuyos frutos llaman gica- cos, parecidos a los albaricoques o albarillos de la Europa.» (Caul., lib. I, c. 3). En taíno hikako, en cum., ikako; de aquí la doble ortografía: GICACO (Caul., I, 3), ICACO (Cod., 95). Reff. Cas., V, 319; Ov., I, 299.

HICAQUÍTO. Dim. de HICACO. ||–Licania incana. Rosá- ceas. Árbol silvestre que se eleva a 40 ó 50 pies, de tronco largo, derecho, grueso de 8 a 10 pulgadas lo más. Madera dura, pesada, compacta (peso esp. 1,05), de grano fino y tex- tura fibrosa, color de carne o de flor de melocotón, algo jas- peada. Crece en el Zulia. Hicaquillo (Gros., II, 390) (?).

HICO (h asp.) Cabestro, ronzal. –«A los –trancahilos (ca- bezas de las cabuyeras de una hamaca) ponen sendas sogas de algodón o de cabuya bien fechas e del gordor que quie- ren: a las cuales sogas llaman hicos, porque hico quiere decir lo mismo que soga o cuerda.» (Ov., I, 132). «Con una condi- ción te acompaño, cojo mi vela y hasta me amarro un hico por la cintura.» (Pocaterra, Tierra del sol amada, 226). Voz taína, muy usada en Occ. GICO (Tauste, p. 133). Reff. Cas., V, 279; Cast., Eleg. a Cedeño, c. 2º.

* HICOTÉA (h asp.) Cynosternum scorpioides. Tortuga palustre o galápago. –«La hicotea es otra clase de morro- coy, más chata, un poco más pequeña, sus manchas menos



relevadas y menos bellas. Tiene como el morrocoy la vida extremadamente dura y se hace de su excelente carne un caldo muy nombrado.» (Cod., 215). –«Son una cierta especie de tortugas, e ninguna diferencia hay en la forma dellas, sino en el tamaño o grandeça; a estas pequeñas llaman los indios hicoteas– –. La mayor dellas será de dos palmos de luengo, e de allí abaxo menores.» (Ov., I, 433). –«Hay en ellos (en los riachuelos) también hycoteas, que son galapagos de los arro- yos de Castilla.» (Cas., V, 279). Voz taína. Icota (Gilii). Ruiz Blanco, Caulín y Gumilla refieren la hicotea ya al galápago, ya al morrocoy. D. t. ICOTEA (Cod., 456).

HÓCO (h. asp.). Árbol de construcción de Cumaná.

HUANANVÉ. Especie de paraulata de Guayana. –«Mis oídos | no escuchan preludiar el huananvé.» (Gorrochote- gui, Aramare, VI). Uanambé, en el tupi del Alto Amazonas, indica, según Martius, un ave silvestre.

*  HÚLE. Tela cubierta de un barniz elástico que la hace impermeable. Del náhuatl ulli u olli, caucho, extraído del árbol olquahuitl, especie de Castilla. Ref. Góm., Méx., 69; Torq. 16, 43.

*  HURACÁN. «En lengua desta isla (Haití) quiere decir propriamente tormenta o tempestad muy excesiva; porque, en efecto, no es otra cosa sino grandissimo viento e gran- dissima y excesiva lluvia, todo junto o qualquiera cosa des- tas dos por sí.» (Ov., I, VI, 3; Cas., II , 115; III, 252; V, 412).
–«Alaba Salazar en sus discursos la santidad, religión, valor y hazañas de Urdaneta, como también su pericia náutica, erudición e ingenio, que fué tanto, que añadió aquel viento a la aguja, que con vocablo indiano los marineros llaman hu- racan; los cuales creen, cuando él sopla, que soplan todos



los treinta y dos vientos de la aguja, no corriendo más de uno solo, cuyo viento va haciendo el caracol de polo a polo, y por eso sopla de todas partes y es tan violento haciendo remol- dino.» (Fernández de Navarrete, Bibliot. marít. españ., t. I, pág. 105). Hoy sólo se aplica en Venezuela a un viento im- petuoso cuya velocidad es de 30 a 40 m por segundo. Del taíno furakane, tempestad, según Martyr; furakano, según Benzoni. La voz fue de firme adoptada en el español, tal que en Persiles y Sigismunda la usa ya Cervantes. Yoroska en ca- ribe quiere tanto decir como el espíritu malo, y en otras len- guas caribes encontramos voces afines; en efecto, la creencia popular contemporánea es que las mangas de viento y ven- davales, que acá se producen con alguna frecuencia en el ve- rano, son el diablo que va pasando. Reff. Cas., II, 115; III, 252; V, 412; Ov., I, 167.



I













* IGUÁNA. Iguana tuberculata. Lagarto de cuerpo alargado y comprimido; cabeza larga, cuadrangular, cuello corto, extremidades fuertes, dedos largos, cola prolongada y comprimida en la raíz; cuello provisto, debajo, de una gran papada, fuertemente dentada en su porción anterior; lomo re- corrido desde la nuca hasta la mitad de la cola por una cres- ta espinosa inclinada hacia atrás. Todo él es de color verde vivo. Mide hasta 160 cm, de los que casi 100 corresponden a la cola. Es animal arborícola, que prefiere sitios cercanos al agua, donde caza insectos, aprovechando su propio color pa- ra confundirse con el follaje; pero se alimenta en lo principal de hojas y vegetales. Trepa y salta fácilmente, rema con la cola, zambulle y bucea con destreza. «Los huevos y la carne de este reptil tienen agradable gusto.» (Cod., 217). –«Hay muchas sierpes, que llaman en las islas iguanas y en esta tie- rra (la del río Alvarado) cuauhcuezpaltepec.» (Góm., Méx., 24). Voz taína; tam. iuána, cum. iguana. Grafía antigua:



yguana (Cas., I, 314; V, 301; Carv., 337). Oviedo (I, 392), con el fin de indicar la pronunciación de su trascripción, deletrea- ba y-uá-na, caso en el cual está la voz manáo yuána, que es otro lagarto (Anolis gracilis). Iguana es voz geográfica. Ref. Cas., I, 314; V, 301. || –RABO DE IGUANA. Especie de orquí- dea, cuyas hojas largas, cilíndricas, puntiagudas, se aseme- jan a la cola de la iguana, y a otra orquídea llamada punta de huso. Aragua, Guárico. ||¡OJO DE GARZA, BOCA DE IGUANA!
¡Atención y silencio! ||QUEDARSE SILBANDO IGUANAS: que- darse a la luna de Valencia.

IGUANÉRO. Mimosa sp. Planta del Zulia.

IGUARÁ. Cereus sp. DATO. Ref. Cast., Elog. de Mar- garita, c. 1º.

IGUARÁYA. Cereus sp. DATO. Voz usada en el Zulia.

IGÜÉS. Pez grande del río Portuguesa, y nombre de un ca- ño tributario del mismo río, al cual dicen también IGÜÉDES.

IGÜÍ. Bumelia buxifolia. Árbol maderable. PAUJÍ, MA-
LARMO. Coro.

IMBACÚS. Árbol de construcción de Trujillo.

IMBÁQUE. En Trujillo vale por tinaja. «Es olla muy gran- de y de boca ancha, que hace a diez y a doce botijas de agua y más.» Forma antig. embaque. «Es tan crecido el número de tinajas, embaques, ollas y otras vasijas de las beuidas suias en ocasiones tales que es ynexplicable.» (Carv., 334).

IMBOMBÉRA. Véase CHIMBOMBÉRA.



IMBÓMBO. Edematoso, caquéctico, anémico. Us. en la Cord.

*  IPECACUÁNA. Richardsonia scabra. Rubiáceas. Planta de tallo peludo con hojas lanceolado-oblongas o elípticas; cerdas estipulares tan largas como su corta vaina; cabezas florales con algunas flores blancas; cáliz con 6 divisiones fo- liáceas óvalo-deltoideas; corola con 6 lóbulos, de estambres exsertos; fruto truncado oboval, erizado y formado de 3 a 4 carpelos. Habita en Guayana. Voz proveniente del tupi ipe- kaagüéne, aplicado a la ipecacuana legítima (Cephaelis ipecacuana). La raíz de la R. scabra, tomada en infusión, causa efectos análogos. La planta llaman en la Arg. yerba del pollo. ||–Ionidium barzelonense. Sin. RAICILLA. ||–Philibertia glauca. BEJUCO DEL DIABLO, arriba.

IPUNÁNO. Alfarda. Us. en Coro, Barcelona.

IPÚRE. En la parte oriental de la república llaman así una labranza situada en un lugar elevado. «En los estados de Oriente, la estancia o labranza situada en lugares elevados, se llama Ipure– –. Cuando geográficamente se dice, Los ipu- res del naciente, los ipures del poniente, para representar dos grupos parroquiales del Estado Cumaná, debe entenderse, los cerros situados al naciente y al poniente. Este vocablo de geografía general aplicado a la geografía de un Estado, se en- cuentra igualmente en las llanuras del Guárico, donde se co- nocen dos grupos de parroquias con los nombres de Ipures del norte, Ipures del sur, para significar, Cerros del norte y del sur.» (A. Rojas, Estudios indígenas, 147). El vocablo pa- rece hoy algo olvidado en esos lugares. Del cum. hipure, colina, vocablo que corresponde a otros análogos y de igual significación en varias lenguas caribes.



IRAPURÚ. «Avecilla que tiene la particularidad de an- dar siempre cortejada de pájaros de todas especies.» (Gorrochotegui).

ISFÚQUE. Protium sp. Especie de árbol. ||–Clusia sp.
Especie de árbol de Trujillo.

ISICÁGUA. Árbol medicinal de Coro, que cree Ernst pueda ser una especie de Protium.

ISÍRO. Árbol de construcción de Coro.

ISPAPÍ. Planta medicinal de Trujillo. «Voz cuica, con que llaman una planta medicinal, que en Mérida es la quema- dera, Sphilantes urens(Febres. C., 135).

ISTÚ. «Planta perenne, de hojas largas, elípticas y anchas, no muy alta y bastante socorrida. Hervido el rojo fruto, le da al caldo sabor como de carne. De la raíz hacen sagú, y el co- razón del tallo de la hoja se usa en el ají encurtido.» (Pic, 210). –«Parecen estas hojas en lo ancho a la dragontea o ta- rañotia de España, si bien estas de acá son más prolongadas.» (Carv., 338). –«Colocan al candidato, cubierto el cuerpo con hojas de estú o conopia medio cocidas, sobre una barbacoa de unos tres palmos de alto.» (Carv., ib). Crece en Trujillo y Mérida. Parece una especie, o especies, de zingiberáceas. La de Trujillo da una tinta negra indeleble y Ernst la hace sinó- nima del CONOPIO. Sin. MUNCE.

ITÁBO. Canal natural angosto que establece comunica- ción entre dos vías fluviales. Voz usada en el Delta del Ori- noco. De ita moriche, y abbo corriente, a causa de los morichales que pueblan ambas orillas de esos canales. Voz aruaca. Cf. MANA.



ITÓTO. Cadáveres momificados de indios vencidos en la guerra por los antiguos caribes, en cuya lengua significa aquella voz lo mismo enemigo que esclavo. Ref. Carv.,
269. Geog. ||–Bagre amarillo, del Orinoco.



J













JABATÚ. Árbol de construcción, de Trujillo.

*   JACÁL. Cobertizo, cabaña, choza. Del azteca xacalli.
Ref. Pic., 210.

*  JÁGUA. Genipa caruto. CARÚTO. «Hay en esta Isla asi- mismo unos árboles que los indios llamaban xaguas; –tie- nen una fruta de hechura de huevos grandes de avutardas.
–El zumo desta fruta es blanco y poco a poco se hace tin- ta muy negra con que teñían los indios algunas cosas que ha- cían de algodón y nosotros escribíamos.» (Cas., V, 326).
«Haciendo pintar de negro todos los indios que consigo te- nían con zumo de jaguas, –que son unas manzanas que sir- ven para aquel efecto a los indios.» (Aguado, I, 255). Del taíno xagua; cal. cháua, ar. chauá (xagua Ov., I, 296; yagua, Cod., 116). La pronunciación primitiva debe haber sido shágua, con sh inglesa. JAGUA es voz usada en el Zulia. La jagua de Costa



Rica es, según Pittier, la G. codonocalyx Standley. (Ensayo sobre las plantas usuales de Costa Rica, en la voz). Rivero trae jagual (Hist., 234).

JAGUANÍ. Utensilio doméstico en forma de pequeño aro de mimbre, de unas tres pulgadas de diámetro, suspendido por un hilo triple. Sirve en el Bajo Llano para colgar o llevar así vasos sin asa, escudillas o JÍCARAS llenas de leche u otro lí- quido, de modo que no se derrame. ||–En Mérida «es el rode- te en que se colocan la jícara y el coco.» (Pic., 210). «El apoyo de la jícara lo tejían (los indígenas de Mérida) de caña o paja y lo llamaban jaguaní.» (Salas, Tierra-Firme, 183). Usábase este anillo en el E. Lara, mas sin nombre especial, sino el de rodete. En Méx., Hond., Guat., yagual es un rodete que suelen usar los indios para llevar carga sobre la cabeza.

*  JAGUÁR. Felis onca. Carnívoro de pelaje amarillo, rojizo por encima; cabeza, cuello y tronco sembrados de manchas negras, más o menos oceladas en los costados; partes infe- riores blancas con manchas negras. Es el carnicero más gran- de del Nuevo Mundo: mide 145 cm, y aun como 200, de largo, fuera de la cola, que tiene 68 cm; altura en la cruz, 80 cm, ca., trepa y nada muy bien, caza monos, chigüires y otros mamíferos, atrapa y voltea las tortugas para excavar el ca- rapacho, persigue los ganados, y es en suma ferocísimo; y porque es un personaje universalmente respetado, no nos alargaremos en lo mucho que puede concernirle. Se halla en todo el país. –«Alzo la impavidez de mis bravuras | Encima de un tumulto de jaguares.» (Díaz R., Soneto del orgullo). Del tupi yaguára, lo mismo. Jaguar tiene sólo un uso literario en Venezuela. TIGRE es el nombre corriente. Ref. Cod., 161.

JÁGÜE. Cierto árbol maderable. «Madera de construc- ción, muy fuerte. Se aplica para umbrales y para bancos de



carpintería.» (Febres C., 136). Mérida. El jagüe negro es otra especie o variedad.

*  JAGÜEI. Manantial, ojo de agua, pozo. –«No carecen de aguas, que beban, excelentes; éstas están en aljibes obrados por la misma naturaleza, que en lengua de indios se llaman xa- gueyes.» (Cas., V, 259). –«Tan escaso de aguas, que sólo tie- ne las que recoge de las lagunas y algunas pozas o jagüeyes.» (Caul., lib. III, c. 8). –«Duerme el agua en los jagüeyes | con una gris melancolía profunda.» (S. Medina, Poemas del sol y soledad, 119). Voz taína. U. t. en el Perú y Arg. Reff. Cast., Eleg. Cartag., pass.; Tolosa, Carta de relac.; Cobo. I, 196; etcétera ||–Ficus sp. Esp. de matapalo. Caracas.

*  JÁIBA. Dase tal nombre a varios crustáceos marinos de los géneros Grapsus y Arenaeus que se cogen en el litoral del país; entre ellos el G. cruentatus y el A. cribarius. –«Hay en los arroyos también unos cangrejos, que sus cuevas tie- nen dentro del agua, que los indios llaman xaybas; –hanse de comer asados, porque cocidos irse hía el caldo (que con- tienen) y no serían tan buenas.» (Cas., V, 279). Ref. Ov., I, 424.

JÁIGUA. Bambusa sp. GUÁSDUA, atrás.

JAJÁTO. Chloris radiata. Especie de yerba forrajera. Sin. PATA DE GALLINA.

JANO. Cercidium viride. YABO, adelante.

JAPÓTE. Carato de cambur topocho. Llanos de Barinas.

JAQUE. Geoffraea bredemeyeri. PASA DE RIONEGRO. Cf. TAQUE, abajo. ||–Pez del cuerpo del bagre: color negro con círculos y rosetas de tinte más claro en todo él. Su carne es delicada y muy estimada. Orinoco. Véase YAQUE, abajo.



JAUJÁO. Casabe de flor, muy blanco y tierno. –«Las tor- tas delgadas – –llamaban xabxao.» (Cas., V, 312). –«Ha- çenlo (el casabe) tan gruesso como medio dedo para gente, e para personas prinçipales tan delgado como obleas e tan blanco como un papel, e a esto delgado llaman xauxau.» (Ov., I, 271). –«De este cazavi hay uno más delicado, que es hecho de la flor que ellos llaman jaujau, que en aquellas partes se precia, y yo preciaría más un pedazo de pan por duro y moreno que fuese.» (Ac., lib. IV, cap. 20). Voz taína. A pesar de las opiniones de los RR. PP. Acosta y Cobo, que no estuvieron en Tierrafirme, o mejor, en Venezuela, tiénese por excelente pan el jaujao, y así juzgo el que he visto en los llanos de Cojedes y Barinas, deplorando negar, en la alter- nativa, mi estimación al pan moreno y duro. Sobre gustos no hay disputa.

*  JEBE. Lonchocarpus atropurpureus. Leguminosas. Dase este nombre a uno o varios árboles maderables, de que ordi- nariamente fabrican bastones y garrotes, de un amarillo de ante. –«Árbol delgado como para viguetas; se le emplea para cabos de instrumentos de agricultura y bastones.» (Joaquín Espinosa). Distinguen un jebe amarillo o quinchonchito, uno majomo, uno blanco, uno negro. Hállanse en Zamora, Portu- guesa, Lara, Carabobo, etcétera. –«Las diferentes varieda- des de Jebe tienen una madera amarillenta, blanca en el centro, a menudo con manchas y vetas oscuras, que provie- nen sin duda de una alteración del tejido leñoso. Madera muy duradera y de gran resistencia. Común en la Costa.» (Ernst.). –«Otros más o menos dañados, se echaban al pié de los árboles o entraban en el rancho implorando auxilio.
–Dotor? Ni practicante hay –Ni meicina –Gebe es lo que
hay, y quéjese, agregó el mismo sargento.» (B. Vallenilla L.,
Guerra y fiebre). Ref. Cod., 119.



JEGUÉI. Especie de gramínea pequeña del E. Portuguesa. Cultívanla a veces en las plazas para cubrirlas de césped.
–«Jeguey. Yerba gramínea que sirve de pasto en los potre- ros.» (Febres C., 136).

*   JEJÉN. Diminuto díptero alado, análogo a la Oecacta furens de las Antillas. Cuerpo de cerca de 1 mm de longi- tud, color pardo; tórax giboso, alas elípticas, diáfanas, con nervaduras longitudinales y una mancha oscura alargada en la costal; vientre rechoncho, patas largas, pico grueso. Su picadura causa gran escozor y una pápula achatada en la piel. Esta bestezuela vive en enjambres, es de hábitos crepusculares y se halla en las regiones cálidas del país. Voz taína: xoxen, Cas., V, 252; xixén Ov., I, 455; jejen. Gum., II, 219; Cod., 232. Reff. Martyr, Cast., etcétera.

JÍAJÍA. Esp. de loro verde amarillento por encima, cue- llo pintado de blanco y chocolate, puntas de las alas de ro- jo y amarillo y de otros tintes el resto del cuerpo. Delta del Orinoco. Cf. SIETE COLORES.

*  JÍCARA. Copa sin pie, hecha del fruto del TOTUMO, antes reservada para tomar el cerrero. «Tu en urnas de coral cua- jas la almendra | que en espumante jícara rebosa.» (Bello, Silva). Del azteca xicalquahuitl, árbol de totuma; pero el nombre mexicano del objeto es tecomate. Cf. xicalo. Ov.

JÍCARO. Esp. de planta de Mérida.

JICRÍTO. En el Zulia es un canastillo de hoja de palma.
«O ya tejiendo siras de colores, | chinchorros de maguéi, verdes jicritos | o al son de papayeros y tambores | danzan- do en los nocturnos areítos.» (U. Pérez, La venganza de Yaurepara). Dim. de jigra.



JÍGRA. CHIBA (red para trasporte). U. t. en Col. donde hay la forma jíquera y el verbo enjiquerar. Ref. Pic., 211.

JÍGUA. Geoffraea superba. Leguminosas. Árbol inerme, de hojas imparipinadas con 13 a 17 pares de hojuelas oblongas; flores pediculadas, amarillas; drupa aovado-elíptica, que en- cierra una nuez. «La jigua abunda en Río-Negro y produce una almendra aceitosa contenida en una cáscara fuerte.» (Cod., 97). Sin. ALMENDRO. Suponemos que es el mismo que halló Humboldt semejante al Caryocar nuciferum.

JIGUÁ. «Gusano blanco de tierra muy gordo, en extremo perjudicial a las siembras, porque devora las raíces.» (Febres C., p. 137). En Truj. Chigua. Cf. Jiguao. Ref. Pif., 211.

JIGUÁO. En el Bajo Llano nombran así una grande oru- ga que se cría en el YAGRÚMO y sus raíces, y suponen que de aquella nace la planta. Quizá un hecho parecido al de la larva del Cordyceps.

*  JIPIJAPA. ||– SOMBRERO DE. Sombrero de Panamá. –«Se nos espetó –en traje de admirable corrección para el ca- so: sombrero de jipijapa, flux de dril de hilo acordonado.» (Tosta G., Partidos en facha, 43). Nombre de una ciudad del Ecuador.

JIQUÍMA. Polymnia edulis. Compuestas. Planta de raíz co- mestible cultivada en la Cordillera. «Llaman los españoles a esta raíz Xiquima en el Perú, y en la Nueva España Xicama, el cual nombre es tomado de la lengua de la Isla Española; que en las lenguas generales del Perú se dice Asipa, en la qui- chua, y Villu en la aymará.» (Cobo, I, 366). Del azt. xicamatl; pero la xícama de México es el Dolichos tuberosus, y el ji- camo de Puerto Rico, el Pachyrhizus angulatus. Ver NUPE.



JIRÁCHA. Árbol de construcción del Zulia.

JIRAJÁRA. Especie de hormiga brava. Alusión a los in- dios jirajaras, que fueron muy temidos por los colonizado- res del Occidente del país.

JOBA. Fruto del JOBO.

JOBICÓ. Árbol de madera poco densa, a que se atribuyen propiedades venenosas. Hay dos variedades, canelo de co- lor rojizo, y colorado de un tinte algo más oscuro. Trujillo.

JOBILLO. Tapirira guianensis. JOBO LISO, abajo.

*  JOBO. Spondias lutea. Anacardiáceas. Árbol de 10 a 15 m de elevación, de hojas largas, con 3 a 8 pares de hojuelas desi- guales, pecioladas, lanceoladas, aguzadas, de base inequiláte- ra; flores pequeñas, en racimos apanojados, amarillentas; drupa ovoidea, larga de 4 a 5 cm, amarilla, aromática, agridulce, co- mestible, que, fermentada, produce una bebida agradable. Madera ligera, poco dura, fuerte, elástica, de un amarillento pardusco algo punteado y como moaré. Corteza gruesa, livia- na, agrietada, como la del BUCARE. –«Habiendo salido –a coger cierta fruta –llamada hobos, que era el principal man- tenimiento con que se sustentaban los españoles, un tigre lle- desvergonçadamente.» (Aguado, I, 114). –«La encuentro en el recodo del camino, | a la sombra odorífera de un jobo | pleno de fruto en madurez.» (Arvelo L., Sones y Canciones, 83). Del taíno hobo, en cal. ubu; hobo. Cas., III, 113; Ov., I, 293; Cast., Cartag. c. 1º; xobos Pane. Los venezolanos es- cribimos la voz tal cual la pronunciaron los conquistadores. Lo mismo en C. Rica. Reff. Cas., V, 316 (hovo); Cod., 98; Gros., II, 393. ||–DE VENADO. Especie de árbol del Táchira. Madera poco pesada, amarillenta, algo fibrosa con algunas



manchas castañas; poros grandes y numerosos; círculos con- céntricos no aparentes; marcas de los vasos regulares y blan- cas, como el casabito de Aragua, y el timón del Táchira.
||–LISO. Tapirira guianensis. Árbol de tronco menos rugoso que el del jobo ordinario. Produce una drupa pequeña, oblon- ga, pardo-rojiza, cuyo hueso está envuelto en una pulpa po- co espesa, algo astringente, comestible. Guárico oriental. Sin. JOBILLO. ||EL FRESCO ES JOBO: no hay remisión en los traba- jos, en el sufrimiento. Alusión a las propiedades balsámicas de las JOBAS, que suponen producir fiebres, o en lenguaje vulgar, son «calientes» o cálidas.

*  JOJÓTO. Panoja o mazorca aún tierna de maíz, en que los granos no se han endurecido y contienen una sustancia lechosa y dulzaina. «Días enteros se pasaba en el monte, adonde se iba de mañana en busca del haz de leña o de los jojotos que robaba en los conucos.» (R. Gallegos, Paz en las alturas). –«Las mazorcas tiernas de maíz, que vulgar- mente se llaman mastelillos, se fríen y guisan de varios mo- dos; también se echan en adobo en vinagre y se conservan así por mucho tiempo.» (Adiciones de la Real Sociedad Económica Matritense a la Agricultura general de Herrera). Tómase JOJOTO (adjetivo sustantivado) por MAÍZ JOJOTO; y el adjetivo a continuación se hallará. D. t. JUJÓTO. ||AREPA DE JO- JOTO, HALLAQUITA DE JOJOTOtorta de ese mastelillo,  cocida al budare; o bollo del mismo, cocido en agua. ||CON HUMO NO SE ASAN JOJOTOS. No se tomó a Zamora en una hora.
–«Se imagina usted (dispénseme lo vulgar del símil en gra-
cia de ser muy gráfico) que con humo no se asan jojotos?»
(Tosta G., Costumbres caraqueñas, 200).

JOJÓTO,A. Aplicado a frutos o plantas, es tierno, en cier- ne, no sazonado. –«De ordinario se lo comen tierno, que aquí llaman jojoto, asadas o cocidas las mazorcas.» (Caul.,



I, 4). «Como dicen nuestros prácticos, más vale (añil) jojoto que pasado.» (Díaz, I, 184). –«Éste (el dolor de costa) se les abiva con el maíz jojoto que es tierno.» (Relac. geog., III, 82).

JOROPÉRO, A. Perteneciente o relativo al JOROPO.– «En- tonces reconocí entre los joroperos á un peón de mi casa.» (Cabrera M., Mimí, 73).

JOROPO. Aire y baile populares.–«En algunas villas y lu- gares desta Capitanía General de Venezuela se acostumbra un bayle que denominan Xoropo escobillao, que por sus ex- tremosos movimientos, desplantes, taconeos y otras sucie- dades que lo infaman, ha sido mal visto por algunas personas de seso.» (Ordenanza de 1749, citada por J. J. Churión, El jo- ropo o el jarabe venezolano). –«Ramón –arrancaba al ins- trumento un sonoro joropo.» (R. Benavides Ponce, Bajo la música de un cuatro). –«Era (la música) un joropo y sugería olor a monte.» (Leonte Olivo, h., Flor de la sierra). Una real cédula de mediados del siglo XVIII, a que hace referencia Churión en el papel citado, hallaba mucha semejanza entre el joropo venezolano y el jarabe gatuno de México; y Chu- rión piensa que ese baile mexicano y el jaravi peruano (¿se refiere al yaraví?) son en rigor la misma cosa. Puede ser. Ignoro por lo demás si jarabe, en la acepción genérica de baile, es voz castiza.

JUBÍA. Bertholletia excelsa. YUBÍA. YUVIA (Cod., 110).

JUBISÁI. Árbol maderable de Trujillo.

JUJÚRE. Nombre comercial del algodón cultivado en la selva de Turén. La población de donde se expedía era Saba- neta de Jujúre.



JUMÁNGUE. Psidiopsis moritziana. Especie de GUAYABO
de Portuguesa y Trujillo. Sin. SÍNARO.

JUMÍ. Crotophaga maior. Voz con que designan en Tru- jillo al hervedor, orihuelo, o zamurito. Es la misma voz humí con la h aspirada.

JUPIJÚPI. Planta medicinal de Guayana.

JÚQUE. Término general para designar, en el Bajo Llano, to- da especie de barbasco. Aplícase en especial a un arbusto (Clibadium barbasco) cultivado ahora, como en la época pre- colombina, con el fin de aprovechar sus ramas y hojas, que ma- jados en agua usan para pescar, es decir, para EMBARBASCAR.

JUQUIÁN. Canna sp. CAPACHO. Voz us. en Mérida.

JURÁPO. Semilla del AGUACATE. Ref. Pic., 213.

JUVÍTA. Bactris sp. Ver PÍRITU. Us. en Portug. y Zamora.



L













LAPA. Coelogenys paca. Subungulados. Roedor de cabeza ancha, ojos grandes, orejas cortas, redondeadas arriba, hocico romo, labio superior hendido, fosas nasales prolongadas, cola reducida a un muñón; arco zigomático muy desarrollado y formando una vasta cavidad que comu- nica con repliegues cutáneos o abazones no tan desarrolla- dos como en los demás roedores. Pelaje corto, áspero, alisado. Color amarillo pardo con 5 series de manchas ovaladas, blan- quecinas, en los costados; pecho, vientre y mejillas blancos, ojos pardos, punta de la nariz negruzca. El macho adulto lle- ga a 50 y aun 70 cm de largo. Escoge para vivir el lindero de los bosques, donde hace madrigueras de 1 a 2 m de largo, o bien ocupa las que deja el armadillo o Cachicamo; busca de noche el alimento, que son frutas y raíces, siendo por esto da- ñosa a las plantaciones. Su grito parece el gruñido de un co- chinillo. La hembra pare un solo hijuelo o Lapita y lo cría por algunos meses. Son sumamente limpias, de índole apacible,



y con facilidad se domestican. Su carne es gorda y lardácea, tiene el sabor de la de cerdo. Considérase como la mejor ca- cería y la comen en día de abstinencia los católicos. D. t. Laba; en aruaco Laba, en chaima irapa. Lapa es en español el nombre de un molusco patélido; y en la Ferraniense (Gen., 19:30; 23:1. Rey. 18:4) significa cueva. Como la raíz ordinaria en las lenguas caribes es pak, tal como se halla en el nombre específico de la designación zoológica, hemos siempre sospechado una corrupción idiomática en la que ha quedado la forma española; pero la corrupción misma es difícil de explicar en tal caso, a menos que escojan co- mo tipo el chaima y el aruaco. Cachicamo trabaja para la lapa; nadie sabe para quién trabaja.

LAPA. Especie de Arácea de hojas salpicadas con peque- ñas manchas blancas, que recuerdan las pintas del animal del propio nombre. El zumo de las hojas es acre y vesi- cante. D. t. Hoja de lapa. Cf. RÁBANO, adelante.

LAUADRÍ. Árbol indeterminado del E. Falcón. D. t. LAGUADRÍ.

LEFÁRIA. Fruto del cardón o cirio ordinario. Sinn. AURERO AGORERO, BREVA. –EL CARDÓN DE LEFARIA  (Cereus Lemai-
reocereus deficiens) es un árbol muy abundante en la parte occidental y cálida del país, donde forma, con otros del mismo género, extensos bosques o CARDONALES. Se eleva  a cosa de 4 m y su tronco es leñoso, inerme, redondo, muy ramoso; ramos erectos, lisos, dispuestos en forma de can- delabro. Ángulos 8 a 9, senos agudos; aréolas blanco- tomentosas hacia el cabo de los ramos; espinas de 15 a 20, rectas, cortas, desiguales; flores sentadas, de un blanco ver- doso. El fruto es una baya oblonga, de unos 7 cm de largo, con dehiscencia ventral y numerosas semillas, negras, di-



minutas, alojadas en una pulpa blanca, comestible. Madera blanca, tal cual amarillenta, de aspecto fibroso, dura, com- pacta, a veces con manchas verdosas, aplicable a la cons- trucción civil y a otros usos.

LEGUAGUÁRO. Especie de planta sarmentosa.

LIMPIA-CAIMÁN. Pequeño pájaro que, a decir de los naturales, se entra en la boca del caimán y se aprovecha, cuando este reptil yace en la playa boquiabierto, de los res- tos de la comida o los parásitos que allí encuentra.–«Se ob- serva en estos animales una cosa rara, y es, que en saliendo a las Playas a tomar el Sol, se duermen con la boca abier- ta, y una Avecita pequeña, se les entra en ella, y va escu- driñando, quanta carne tienen dentro de sus dientes hasta limpiarlos muy bien, pues se suelen juntar tres y quatro de estos pajarillos, y pelean unos con otros, y aunque recuer- da, no se experimenta que les haga daño alguno, antes bien los espanta con su ronquido, para cerrar la boca: A esta Avecilla llaman los Indios, limpia-Cayman.» (Cisn., 42). En su soneto Tomando el sol, Udón Pérez alude a esta con- seja, ya mencionada por Herrera (Décadas, IV, 14). Esto no es con todo imposible, y yo mismo lo he oído referir en los Llanos, aunque no lo he visto, ni sé qué ave es la de este privilegio. Los cocodrilos del Nilo establecen las mismas relaciones de amistad con una especie de alcaraván de aquella región, el Pluvianus aegyptius.

LÓCHO. Especie de venado pequeño de los Llanos. –«El nombre lluicho, dan los indianos a todos los ciervos de poca cornamenta, que no se divide en ramas, sino cuando más en dos o tres puntas pequeñas.» (Velasco, Historia del Reyno de Quito, p. 87). Del quichua lluchu, venado. Ref. Cobo, II, 303.



LÓRA. Véase LÓRO, adelante. U. t. en C. Rica con este gé- nero. ||–Úlcera, llaga. || CULEBRA LORA. –«Culebra de 2 pies de largo; tiene escamas por debajo, color verde oscuro, con manchas irregulares, amarillas y pardas: es de la misma fa- milia de las mapanares.» (Cod., 219).

LORÍTO. Caica melanocephala. Especie de loro de pe- queño tamaño. Cabeza, lomo y alas verdes; cuello, gar- ganta, pecho y vientre, amarillo ocre; cerco ocular leonado; pico y patas pardos. Otras especies de pequeño tamaño son la Urochroma melanoptera y la Psittacula passerina.
||–MARÓA. Psittacula huetii. Especie de loro que habita en Río Negro. Maróa es una aldea situada a la banda izquier- da del Guainía.

*  LÓRO. Pájaros escansores, de la fam. de los Sitacinos, de cola corta, generalmente de color verde, con manchas amarillas, rojas o azules, de varia disposición. Los de Río Negro son los más grandes del país, de un verde amari- llento y más torpes para hablar. La Chrysotis amazonica es de plumaje verde oscuro; cabeza y mejillas de un amarillo vivo; frente con una faja azul lila; alas pintadas de rojo, azul, amarillo y verde; remera y puntas de las demás, ne- gras; timoneras pintadas de verde y rojo; pupila de un rojo cinabrio; pico amarillo con punta parda; pies parduscos. Mide 35 cm de largo, y 56 de brazas. Otras especies nota- bles son la Ch. xanthops y el Conurus leucophtalmus. Voz tomada, según Clavigero, del quichua; en tam. y ch. roro. Devic, en su Diccionario etimológico de los vocablos de origen oriental, deriva la voz francesa lori (especie de pa- pagayo) del malayo lurî o nuri, que designa un papagayo de las Molucas. Puede ser causa la onomatopeya de esta semejanza, pues muchas especies de papagayo son ameri- canas. Ref. Cod., 197. ||–Scarus sp. pl. Lábridos. Peces de



cuerpo oval, oblongo, comprimido, cubierto de grandes es- camas; labios carnosos, mandíbulas arqueadas y redondea- das, armadas en su borde y superficie exterior de dientes espesos y unidos, cuya hilera más externa salta cuando la inmediata llega a su desarrollo regular. Son de hermosos colores, y de aquí su nombre. Viven en el mar Caribe el Sc. abilgaardi, el Sc. chrysopterus y el Sc. aurofrenatus. ||–Julis sp. Pez de nuestras costas. ||LORO GORRO COLORADO, Chry- sotis bodini. Véase TAGUA, adelante. ||LORO REAL. Psitta- cus ochrocephatus. || PALO DE LORO. Sin. CRUCETA REAL.
||PICO DE LORO. Acineta superba. Especie de orquídea nom- brada así por alguna semejanza de la flor con lo que pro- piamente expresa la voz. ||–Navaja puntiaguda y corva por su filo. ||SER UN LORO: se dice festivamente de una acémi- la propensa a cocear, como si imitara a un loro en «dar la pata.». –«Cuando alguna bestia tiene el resabio de cocear, el llanero dice: –Es un loro por la pata.» (D. Mendoza, El llanero, p. 30). ||ESTAR COMO LORO EN ESTACA. Estar ais- lado, solitario, abandonado. Ref. Núñez C., Miscelánea poética, p. 260.

LUBÁRA. Tecoma (?). Árbol del E. Lara, cuya madera es del aspecto del jebe.

LUBISÁI (?). Árbol indeterminado. (=Jubisái?).

LUCATÉVA. Carludovica palmata. Especie de palmiche de Mérida.

LUIRA. Árbol indeterminado que produce una madera compacta, algo astillosa, de un color ocre, dura, pesada. Crece en los EE. Lara, Yaracuy, Carabobo. (Sin. Luiría, Ernst, Expos., 213?).



M













MÁBI. Bambusa sp. ver MAVI, abajo.

MACABÍ. Albula sp. (?) Pez fluvial de 1 a 2 pies de lon- gitud, parecido a la liza, pero más largo y angosto: costa- dos y vientre plateados, dorsal y anal ahorquilladas, cola homocerca, insertándose las dos mitades de ésta por separa- do arriba y abajo de la extremidad ventral. Es comestible, pero en extremo «espinoso». Boca del Unare. –«Todo peje tiene espinas: | macabí tiene la fama» (Adagio popular).
–«Macabí carga la fama, frase con que los margariteños in- dican que no sólo ese pescado es espinoso.» (Maldonado, Tierra nuestra, p. 252). Ref. Cobo, II, 169.

*  MACACO. Mono americano. «Su cara no tiene casi pelo y es de color pardo oscuro; pero tiene patillas mediana- mente largas y negras. Los ojos son pequeños, vivos y re- dondos, los labios casi negros, el pelo y el cuerpo pardo,



claro debajo del vientre, y más oscuro en la cola y lomo. Su pequeñez y gracias, acompañadas de una vivacidad ex- traordinaria, hacen que este animal sea considerado como uno de los monos más graciosos. De este género los hay casi negros y otros de un blanco sucio.» (Cod., 157). Bayo tiene a macaco como voz portuguesa. Admitida será, pues con ella se designa en la costa de Guinea a los monos en ge- neral. Ha pasado además a la nomenclatura científica para designar el género Macacus, perteneciente a la fauna del Viejo Mundo. La voz galibi makak corresponde a la Hapale argen- tea. ||–Personaje, sujeto influyente, notable. Voz familiar.

*   MACÁGUA. Herpetotheres cachinnans. Falcónidas. Rapaz diurna de cuerpo vigoroso y cabeza grande; ojos de contorno desnudo; pico alto, muy comprimido, mandíbu- la superior muy ganchuda, la inferior baja y roma; alas has- ta la mitad de la cola; remeras angostas y puntiagudas, despuntando y 4ª; cola algo redondeada; tarsos altos, de 7 cm, gruesos; dedos pequeños, uñas cortas, gruesas. Plu- maje largo, puntiagudo, con tallos rígidos. Cabeza de un amarillo pálido, mejillas y nuca negras, ceroma amarillo, lomo pardo; cuerpo blanco por debajo, así como una par- te del cuello; pecho y rabadilla blanco-rojizos; cola amari- lla blanquizca por debajo, negra por encima, con 6 a 7 fajas grises trasversas; remeras pardas; ojos y patas amarillos, pico y uñas negros. Mide 55 cm de largo, 23 de cola. Es ave sedentaria, casi de la talla de azor, que anida en los ár- boles y vive principalmente de reptiles. Cumaná. Alto Llano. El P. Cobo la denomina mancagua, y dice: «En la provincia del Paraguay la llaman Macangua, porque grazna así; y en la de Santa Cruz de la Sierra, Macoro y Socoreo(Hist., II, 210). Su destreza para cazar serpientes bien cono- cida es en Venezuela, mas no el arbitrio que le atribuye el ci- tado jesuita de revolcarse en cierta yerba antes de comer la



sierpe que ha matado, que ha de ser pura fantasía. Cf. Mato. Del guaraní makaguá, tupi oakavani, lo mismo. Cf. GUACÁBA ||–*Serpiente de hasta 9 palmos de largo, de ca- beza abultada, pintada de negro por encima, y semejante, en color y dibujo, a la de cascabel. Es en extremo ponzoñosa y se halla en la serranía costanera del E. Anzoátegui. –«Hay diez, o doce especies (de culebras), las más de ellas muy ve- nenosas, especialmente la cascabel, coral y macagua.» (Caul., I, 8). –«Él está como una macagua y nos contestó unas largas y otras cortas.» (Romero G., Peonía, 120).
–«Paso y esquivo el agua | Quieta del carrizal, traidora y verde. | Cuán distante el poblacho! Una macagua | En el si- niestro matorral se pierde.» (Alej. Carías, Bajo la luna). Del cum. makáu, cierta culebra. ||–Myrospermum frutescens. SEREÍPO. Voz us. en Lara, Portuguesa. ||–Aveledoa nucífera. URUPAGUA. Voz us. en la costa de sotavento.

*  MACAGUÍTA. Martinezia aiphanes. Palmera que se ele- va hasta 4 m, con el tronco erizado de espinas negras, sólidas; hojas pinadas, de unos 2 m de largo, con pecíolo espinoso y de 5 a 6 hojuelas cuneiformes de cada lado, laceradas en el ápice; hojuela terminal trapeciforme; espádices peduncula- dos, espinosos, con 2 espatas; fruto amarillo-anaranjado, al- go carnoso; semilla con albumen blanco y comestible. Crece en la región cálida y florece en octubre y noviembre. Cultí- vasela en los jardines de Caracas.

MACAGÜÍTO. Especie de rapaz diurna del género vul- gar de los Primitos. Guárico.

*  MACÁNA. Clava, maza. «Es un palo fuerte y muy labra- do: por la parte inferior tiene forma de espada de dos filos y corta como ella.» (Carv., 310). Voz taína. Otros quieren que venga del azteca macuáhuitl, palo manual. Reff. Cas., IV,



209; V, 331; Ov., I, 334, etc., y en suma, los más de los cro- nistas. ||–Bactris (Guilielma) macana. Palmera alta, de ma- dera durísima, que habita en los bosques del río Lora (Zulia). ||–Cierto tejido de algodón. Quizá débase la deno- minación a la marca industrial del producto. U. t. en Bol.
||A RAJA MACANA: a raja tabla ||DE RAJA MACANA: de tuerca y tornillo.–«Todos los clientes –son godos de raja macana.» (Tosta G., Partidos en facha, 46).

MACANEAR. Extirpar con el machete de rozas las plan- tas inútiles o nocivas para una plantación. –«Escarda y des- yerbo son sinónimos; así usamos indistintamente de las dos voces para la operación de quitar la yerba con la azada. Esta misma obra ejecutada con el machete llamamos ma- caneo, y el acto de ejecutarlo macanear.» (Díaz, I, 8). Voz que recuerda el arte indígena, cuyo utensilio era la macana.
||BIEN, MAL MACANEADO: bien, mal pergeñado o trabajado.
–«Esto es todo lo que ofrecí a usted; disimule lo mal maca- neado.» (Maldonado, Tierra nuestra, p. 47).

MACANEO. Operación de segar y destruir la mala yerba de un sembrado. –«Sin embargo, siempre es necesario dar- les (a los platanales) un macaneo.» (Díaz, I, 39).

MACANÍLLA. Bactris macanilla. Palmera útil por su ma- dera (Cod., 119). Habita la región cálida y la templada, a
1.000 y más metros sobre el mar. «Florece todo el año. Crece en grupos de 20 y más individuos unidos por las raíces, y al- canzan los tallos alturas de 10 y 15 (Jahn, Palmas, 85). La leucacantha tiene el mismo nombre, y se distingue por las espinas blancas que cubren los tallos y pecíolos. Crece en los valles de la Cordillera del litoral. –«En un chinchorro de ma- canilla | nació una noche resplandeciente | ...el jefe heroico maquiritare.» (Gorrochotegui, Aramare, I).



MACANILLAL. Bosque de palmas de MACANILLA.

MACAPÍRITU. Casearia parviflora. Samidáceas. Arbus- to caracterizado genéricamente por sus hojas alternas, esti- puladas, sus flores pequeñas, axilares, verdosas, de perianto simple, con estambres periginos; semillas con albumen.

* MACAURÉL. Xiphosoma caninum. Serpiente cuya ca- beza está cubierta de escamas lisas, y el hocico de escudos simétricos, con un surco profundo los labiales; incisivos de la mandíbula inferior más desarrollados que los de la supe- rior; cuerpo muy comprimido lateralmente, vientre corto y estrecho, cola prensil. Por encima es verde, con manchas dobles o fajas blancas a los lados; por debajo es verde-ama- rilla. Puede llegar a 3 m o 4. Vive en los árboles y no es ve- nenosa (?). ||– «Culebra igual a la tragavenado con la misma figura y costumbres, diferenciándose sólo en que no crece tanto como ella.» (Cod., 218). Es larga, delgada, colorada. Aunque ponzoñosa, no ataca como la tigra, y anda como és- ta por los árboles. Sobre el lomo tiene dibujada una cadena de eslabones negros que van dejando una fila de manchas oblongas, blancas. ||–CUATRO NARICES. Lachesis sp. Serpiente muy venenosa, llamada así por la conformación del hocico. Parece ser la llamada sencillamente macaurel por Gumilla (Hist., II, 178).

MACAVAHU. Callithrix lugens. Mono de pelaje suave, lus- troso, negro; orejas pequeñas, casi desnudas; cara cubierta de una mancha cuadrada a manera de máscara blanquizco- azulada; parte anterior del cuello con una faja blanca; manos blancas por fuera, de un negro lustroso por dentro; pies ne- gros. «En estas pintas o manchas blancas creían los misio- neros reconocer el velo, la pañoleta del cuello y los guantes de una viuda enlutada» (Humboldt). Su aspecto es dulce



y tímido, y se inclina a la soledad. Se alimenta principalmen- te de frutas pero caza también pájaros. Vive en el Alto Ori- noco, donde quizá se usa exclusivamente la voz. Sin. VIUDITA.

MACO. Melicocca bijuga. MAMÓN. –«Tienen las más in- signes poblaciones | En unas mesas llanas asentadas, | Debajo de los macos o mamones, | Plantados por hileras ordenadas,
| Árboles de hermosas proporciones, | Cuyas hojas jamás se ven mudadas; | Su vista de grandísimo contento, | Y el fruto dellos es de gran sustento.» (Cast., Eleg. a Ordaz, c. 2ª). La voz, tomada del car. y cum., se usa aún en Margarita, Cuma- y Barcelona. Decíase también macao (Ov. I, 327); mauco (Ruiz B.); muco (Caul., I, 3). Ref. Cas., III, 79. ||–Indio esclavo. Obsoleto. Ref. Riv., 193; etcétera.

MACÁURE. «Açote o rebenque, y lo componen (los in- dios) de las varillas que tienen en medio las hojas de una palma que llaman muriche.» (Carv., 341). Voz cumanago- ta. En gal. makuali. ||–Lance del juego de guerra, al billar, en que con una sola bolada caen los cinco palillos puestos en el centro de la mesa.

*   MACÚCO. «Notable por cualquier respecto.» (Pic., 221). ¿Sería corrupción de «machucho»? Cf. MACUQUINO y MACACO. En Col. dicen macón y macucón por grandón, grandísimo (Cuervo, Ap., 925).

*   MACÚTO. Cuévano, cesta pequeña (Carmona). «Es- pecie de canasto, no muy ancho, en forma de cilindro y con una asa en la boca.» (Pic., 222). –«Llevaban, como divisa de su oficio, una imagen en pintura o escultura, exornada de flores naturales; una cesta o macuto que pendía del brazo y algunos rosarios, reliquias, escapularios, novenas y otros objetos religiosos que vendían a los fieles.» (A. Rojas,



Leyendas históricas de Venezuela, II, 83). ||–Nombre vul- gar de la garracha o espata de las palmeras.

MACHÁNGO. Cebus apella. Mono bastante común en Venezuela. Su cara es de un color aplomado, el lomo y cos- tados pardos, las piernas, pies y cola más oscuros, el pelo lar- go. Es ágil y vivo, y suele hacer sensibles depredaciones y destrozos en las plantaciones de cacao o de maíz. Captúranle poniéndole maíz en taparas o calabazas, a semejanza de las kabilas de Argel, que usan el arroz en las mismas circuns- tancias. El ladronzuelo no acierta a abrir el puño para sacar la mano de la calabaza, y así queda aprisionado. Voz impor- tada por los negros esclavos, según Armas (Lenguaje criollo,
p. 92). Sin. MONO MAICÉRO. Ref. Cod., 156.

*   MACHÍN. Cebus albifrons. Especie de mono del Ori- noco. «Tiene el pelo gris y cara azulada con las órbitas y frente blancas como la nieve. Este animalito es tan dócil como feo y se domestica fácilmente. Gusta de pasearse en- caramado sobre otros animales, como perros, cerdos, ga- tos, etcétera, de los cuales es muy amigo.» (Cod., 156). Es el uavapavi de los uarecas, y quizá el uavari de los maipu- res. Ref. Humboldt, Viaje, III, 19, 20, 24.

MAGUANÍ. Pez de río que se cría en Cojedes.

MAGUÁRO. Insecto (¿forma larval?) de cabeza triangular, con dos antenas cerdosas; cuerpo semitrasparente, pintado de negro; abdomen alargado, segmentado, puntiagudo, con una ventosa destinada a la progresión; parte encimera del tórax y abdomen con largas papilas transparentes, peludas, donde se adhieren partículas de basura que cubren el insec- to al modo del reduvio disfrazado, de Europa. Longitud, 6 a 7 mm. Vive en los rincones de las casas y segrega un líquido



cáustico. Curioso ejemplo de mimetismo. D. t. MANGUÁRO O MANGUÁRE. ||MÁS CARGADO QUE UN MAGUARO. Expresión
adverbial para exagerar el volumen de un objeto que se lleva o transporta.

*  MAGUÉI. Bohordo del COCÚI y la COCUIZA. El de esta úl- tima suele utilizarse en listones para escaleras de mano, y la médula en asentadores de navajas de afeitar. ||–Primiti- vamente se dio este nombre al COCÚY, y en este sentido lo usan Caulín (o. c., I, 6) y Oviedo (III, 300). Así Codazzi es- cribe maguéi cocúi y maguéi cocuiza (p. 96) para diferenciar una y otra planta. En todas estas formas no tiene ya uso la voz en Venezuela. MAGUÉI es voz taína usada en México; pero allá creo suele tener otra acepción que la antigua. «Metl (di- ce Gómara) es un árbol que unos llaman maguey y otros car- dón.» (Méx., II, 270). –«Como si dixesemos amen, ponían pintada vna como fuente y luego vn maguey que en su len- gua frisaua con amen; porque llamanlo ametl.» (Casas, Apolog., cap. 235). –«El árbol de las maravillas es el maguey, de que los nuevos o chapetones (como en Indias los llaman) suelen escribir milagros, de que da agua, vino, aceyte, vina- gre, miel, arrope, hilo, aguja y otras cien cosas. Él es un ár- bol, que en la Nueva-España estiman mucho los Indios, y de ordinario tienen en su habitación alguno o algunos de este gé- nero para ayuda a su vida; y en los campos se da y le culti- van.» (Ac., IV, 23). Ni De Candolle (Origen de las plantas cultivadas) ni Riva Palacio (México al través de los siglos, II,
490) dicen nada sobre el origen de este nombre, que fue lle-
vado, según reconoce Chavero, de las Antillas por los es- pañoles. ||DOBLAR EL MAGUÉI: voltear el ojo, morir.

MAICEÁDO, A. Pensado, sustentado, nutrido. Aplícase a animales. «Burro bien maiceado; mula mal maiceada.» Es decir, gordo; desmedrada.



MAICÉRO, A. Cosa relativa al maíz, animal aficionado a él. ||–Sustantivado el vocablo, se refiere al PÁJARO MAICERO (Orolius mexicanus, Ictéridas), que suele verse apareado en los caminos atrapando los desperdicios de granos que allí dejan las recuas en el estiércol. Es un pájaro de pico corto, negro; ojos rodeados de una mancha negra; espalda, alas, cola y patas negras; resto del cuerpo amarillo oropimente. En su librea se parece al GONZALITO, pero es algo mayor. Perjudica las siembras de maíz en ocasiones, y es difícil ahu- yentarlo. ||–MONO MAICERO. Cebus apella. MACHANGO.

* MAÍZ. Zea mays. Gramíneas. Planta cultivada, ameri- cana, y el grano que ella produce, ambos bien conocidos en Venezuela, puesto que es cereal nacional. Díaz distin- gue tres razas: 1) Blanco común, que madura a los 4 me- ses, y es más productivo y propio para guardarse. 2) Vallero o cuarenteno (o temprano), que madura a los 3 meses, y es menos sólido y por menos tiempo se conserva. 3) Amarillo menudo, o cariaco, que madura a los 3 meses, creyéndose generalmente que es el más sustancioso, aunque parece que su análisis no presenta ninguna diferencia esencial en la naturaleza y proporciones de sus materias constitutivas (o. c., I, 24). Estas tres razas dan origen a numerosos cultivos vulgares en el país. (Véase: AMAPITO, CARIACO, CHIMIRITO, CHUCO, GUACHARACO, GÜIRITO, QUIRIQUIRE, TENGUERAGUA,
TUAYE, YUCATÁN). Además de su uso en la alimentación del
hombre, tiénelo el maíz muy extenso en la de aves de corral, acémilas y cerdos. «El mismo grano es de más sustento para los caballos y mulas, que la cebada; y así es de ordinario en aquellas partes (en las Indias occidentales), teniendo aviso de dar de beber a las bestias, primero que coman el maíz, porque bebiendo sobre él se hinchan, y les da torzón, como también lo hace el trigo» (Ac., IV, 16). Esta preocupación, lo mismo que la de creer que el maíz amarillo, porque es más sustancioso, ha



de darse en cierta época a los gallos de combate para pre- pararlos, es muy conocida en Venezuela. Los cronistas más antiguos mencionan el maíz con su nombre. –«Debe ser de- llo (vino) de maíz, que es una simiente que hace una espi- ga como una mazorca de que llevé yo allá, y hay ya mucho en Castilla.» (Colón, carta a los Reyes Católicos, 1498).
–«Las mujeres amasaban y molían pan de centli, que es maíz.» (Gómara, Méx., 27). Mahiz o mayz, como escribían los cronistas, es voz taína, que ha sido imitada en varias len- guas indígenas del continente (aruaco márissi, guajiro ma- rike, etcétera). La pronunciación corriente entre el vulgo es MÁIS, en una sola sílaba. Reff. Cas., V, 315; Ov., I, 264; Góm., l. c.; etcétera ||–CASCABELITO. Maíz de mazorca pe- queña, larga de 12 a 14 cm con unas 16 hileras de granos pequeños, duros, algo traslúcidos. Coséchase a los dos me- ses y medio. Alto Llano. ||–CUARENTENO. Variedad de maíz precoz en su crecimiento. –«La planta del primero (del maíz pequeño) es una pequeña en todas sus partes; pero tiene la ventaja de que ocupa muy poco tiempo la tierra, y se cría con mucha brevedad, pues en menos de dos meses se siembra y se coge la cosecha, por cuya circunstancia se le ha dado el nombre de cuarenteno (Herrera, Agricult. general, I, 204; ed. de 1818). Ver AMAPO. ||–CHOCLO. Maíz tierno; JOJÓTO. Us. en la Cord. (Pic., 238). Voz quichua, importada de Colombia. –«Cuando está tierno el maíz, o en leche, que llaman (en Quito) chogllos, se vende en mazorcas, y se dis- pone con él variedad de comidas diferentes muy gustosas, de las cuales usan generalmente todos aquellos habitantes por especie de regalo.» (Ulloa, Relación histórica del via- je a la América meridional, cit. por Granada). Nótese, con todo, que en cum. chokori es maíz en cierne. U. t. en el Perú, Bol., Chile, Arg. ||–DE POLVO. «Maíz pequeño y re- dondo del cual se hace la mantecada, pongo por pancake» (Pic., 238). ||–GÜERÉÑO. Maíz alto, de mazorca grande y



grano duro, que madura a los 70 días. Cultívasele en el E. Anzoátegui. Sin duda proveniente de las riberas del río Güere, en el mismo Estado. ||–PAILÓN. Maíz alto, de ma- zorca grande, con hojas de envoltura (hojas de maíz) teñi- das de morado. Coséchase en climas cálidos a los tres meses. «El maíz en general se coge a los 4 meses de ha- berlo sembrado, a los 3 si es de la calidad que llaman pai- lón; y en los lugares donde se siembra solamente maíz, se hacen cuatro cosechas de este último y tres del primero» (Cod., 129). ||–TABAQUITO. Maíz cuarenteno o precoz de grano semitraslúcido cultivado en los valles del Tuy. –«El maíz tabaquito es –muy propio para forraje, debido al ta- maño de la mazorca y que por tener los granos forma de cuña permite que entre en ella hasta 500; su peso es de 68 kilos por hectolitro– –. Es bastante parecido al maicillo lla- mado en la América Central teosinte; se siembra muy junto, 30 centímetros de hoyo a hoyo y rinde en buenos terrenos de 6 a 8 toneladas por tablón de forraje, llamado generalmente “malojo” en el país.» (F. de P. Álamo, El Estado Miranda, 101). ||–NO TENER UN MAÍZ QUÉ ASAR; no tener dónde caerse muerto, estar indigente, carecer de todo.–«Por de contado que no tengo un grano de maíz qué asar!» (Cabrera M., La guerra, 99).

MAÍZ-TOSTADO. Pithecolobium pubescens. Legumino- sas. Árbol de ramitos angulosos y pecíolos pubescentes; estípulas pequeñas, induradas y algo espinosas, hojas bipi- nadas, glandulíferas; pinnas y hojuelas uniyugas; hojuelas oblicuamente oval-elípticas, u oblongas, coriáceas, pubes- centes; cabezuelas globosas, pedunculadas, con cáliz y coro- la tomentosas; legumbre lineal, retorcida, con válvulas rojizas por dentro; semillas casi envueltas en un asilo carnoso. Estado Falcón. MAÍZ-COCIDO, en el Zulia.



MAÍZ-ZORREAR (pron. máissorreár). Coger las fruti- llas moradas del MAÍZ-ZORRO, que son comestibles. Us. en Portuguesa.

MAÍZ-ZORRO. Lantana sp. CARIAQUÍTO COLORADO. Voz
usada en Portuguesa.

*  MAIZÁL. Plantación de maíz. –«En todo maizal salen al- gunas matas débiles, que no van a producir, o que darán ma- zorcas muy pequeñas.» (Díaz, I, 31). Ref. Góm., Méx., 10, 19.

*  MAJÁGUA. Hibiscus tiliaceus. Malváceas. Árbol bas- tante frondoso, alto de 10 a 30 pies, con hojas grandes, aco- razonado-redondeadas, de ordinario cuspidadas, enteras, de cara inferior tomentoso-blanquecina, y la superior lampiña y verde; corola amarilla, con pétalos obovales; calículo 10- fido, persistente, cápsula ovoidea, algo redondeda, tomen- tosa; semillas de ordinario lampiñas. La corteza provee de una fibra no muy duradera, usada en cordelería. –«La mate- ria de la trompeta era de una cáscara, que llaman majagua, que se dexa governar como papel; y quando está fresca, es pegajosa como cola.» (Gum., I, 222; 2ª ed.) Majaguo (Cod.,108) es el nombre del árbol: majagua (Tauste, 83), el nombre de la fibra extraída de la corteza. En Oviedo (I,
359) y Carvajal (p. 155) hallamos damahagua, forma hoy
desusada. En Vargas Machuca, amahagua. D. t. majagüe. Mérida. Igual nombre en C. Rica. Del cal. mahot, lo mismo. LAS MAJAGUAS es nombre geográfico. ||–Cassia alata; Le- guminosas. Arbusto ramoso, de 6 a 10 pies de altura, de ho- jas grandes con 6 a 14 pares de hojuelas desiguales, grandes, oblongas, subsesiles, de base subtruncada y vértice redon- deado o retuso; raquis triangular, sin glándulas; flores ama- rillas, en espiga terminal, pétalos lacerados en el margen; brácteas amarillas, decíduas; legumbre mucronada, tetra-



gonal, dehiscente, con semillas paralelas a los tabiques. Crece en el Llano, y es medicinal. D. t. BAJAGUO, MAJAGUO.
||–Bombax carabobense. Árbol de 6 a 10 m de alto, que cre- ce en tierras cálidas. Se le cultiva en Valencia para plantarlo en los parques y para formar setos vivos, porque nace fácil- mente de estacas. Produce lana vegetal y la llaman también Cachimbo. ||–Muntingia rosea. Tiliáceas. Las plantas de es- te género son arbustos de hojas alternas, brevemente pe- cioladas, oblongas, acuminadas, oblicuas en la base, con estípulas geminadas; corola hipogina, estambres numero- sos, ovario sentado, baya globosa, multilocular. ||CEDRILLO MAJAGUA. Muntingia calabura. Ver MAJAGÜILLO.

MAJÁGUA (?). Especie de serpiente de Apure. (Quizá la MACÁGUA).

MAJAGÜILLO. Muntingia calabura. Tiliáceas. Árbol ra- moso que se eleva a unos 30 pies o sólo a 10 pies, con ho- jas simples, alternas, pecioladas, enteras, oblongas, algo inequilaterales, aterciopeladas por encima, peludo-tomen- tosas por debajo; flores grandes blancas; cáliz y corola de 5 a 7 divisiones; baya con muchas semillas diminutas, ovoideas. Útil por su fibra. Sin. CEDRILLO MAJAGUA (Cod., 108). ||–Heliocarpus popayanensis. Tiliáceas. Árbol con flores de color lila encendido. Madera blanquecina apre- ciada en la construcción civil. Crece en los ribazos y ria- chuelos de tierras cálidas.

MAJUMBO. Bombax sp. Táchira, Zulia (Jahn).

* MALACÁTE. Cabrestante. Voz técnica de uso corriente. Del azt. malacatl, huso.



MALÁMBO. Croton malambo. TORCO, abajo. –«(Produce) Malambo, árbol grueso, su corteza semejante a la Cascarilla, y muy medicinal» (Cisn., 52).

MALANGÁ. Véase GUAJE. –«Daba una vuelta por la an- cha corraliza donde gruñían los marranos, y les picaba el malangá.» (Picón F., El sargento Felipe, 9). Malánga, en Bol., es, según Bayo, sinónimo de nuestro OCUMO.

MALÓCA. Voz brasileña usada en el Alto Orinoco para de- signar la habitación común de un clan indígena. Malloka, en tupi, es propiamente una aldea o caserío.

*  MAMÉY. Mammea americana. Gutíferas. Árbol copo- so de 50 a 60 pies de alto; hojas opuestas, simples, pecio- ladas, coriáceas, obovado-oblongas, enterísimas, lustrosas, con venillas salientes en ambas caras; flores blancas teñi- das de rosado, de olor agradable; drupa globosa, gruesa, de un amarillo gris y de carne amarilla y comestible con una se- milla grande, redondeada. Por incisiones hechas en la corteza del árbol exuda una gomo-resina inodora, eficaz insecticida, que usan, mezclada o no con grasa, bajo el nombre RESINA DE MAMÉY. La semilla es también insecticida. –«Hay también otras muchas (plantas) para comer: entre ellos los mameyes son preciados, del tamaño de grandes melocotones y mayo- res: tienen uno o dos huesos dentro: es la carne algo recia. Unos hay dulces, y otros un poco agrios: la cáscara también es recia.» (Ac., IV, 24). –«Entre otras cosas con que se ado- ban el rostro, es leche de las pepitas de tezonzapotl o mamei.» (Góm., Méx., II, 227). Voz taína y cum. Us. en C. Rica. Reff. Cas., V, 266; Ov., I, 305; Cast., I, Eleg., XIV, c. 1º; Caul., I, 4;
Cod., 102. || Fruto del MAMÉY. –«Éstos son los melocotones,
manzanas, y peras de Indias; mameyes, guayavas y paltas.» (Ac., IV, 24). ||–COLORADO. Lucuma bonplandii. Sapotáceas.



Árbol lactescente de hojas esparcidas, enterísimas, sin estípu- las, trasovado-oblongas, obtusas, acuñadas en la base, papirá- ceas, tomentoso-pubescentes en la costilla, venas, pecíolo y cálices; pedúnculos unifloros, solitarios, mellizos o ternados, axilares o laterales. ||–HEDIONDO. Couroupita surinamensis. Mirtáceas. TAPARÓN, TAPARO DE CHUCO, adelante. ||.–MONTA-
ÑERO. Árbol maderable del E. Sucre. ||AMARILLO MAMEY:
amarillo claro.

MAMEICÍLLO. Árbol de madera rojiza propia para ta- blas y para construcción civil (Cod., 108).

*  MAMÓN. Melicocca bijuga. Sapindáceas. Árbol fron- doso de 40 a 50 pies de altura, bien corpulento; hojas con 2 pares de hojuelas elípticas, o elíptico-lanceoladas, ente- ras, con el raquis algo alado, lampiñas; panojas terminales de flores pequeñas, dioicas, de un blanco algo verdoso; dru- pa globosa u ovoidea, que contiene alrededor de la semilla una pulpa dulce o agridulce, y que se designa con el mismo nombre del árbol. –«Esta manera de árbol llaman allí los in- dios mamon.» (Ov., I, 327). Reff. Cast., Eleg. IX, y XIV, 1º. Caul., I, 3. Sin. MACO. ||–CHÚCO. Véase CHUCO.

MAMONCÍLLO. Árbol de Portuguesa semejante al MA- MÓN, de fruto más pequeño, no comestible.

MAMÚRE. Anthurium flexuosum. Aroídeas. Planta sar- mentosa, de ramos trepadores, ligeramente flexuosos; hojas oblongas, un tanto acuminadas, obtusas en la base, reticu- lado-venosas, coriáceas (?). Crece entre Atures y Maipures, cerca de Yavita, y en Cumaná, donde se sirven de los tallos para fabricar cestillos, etcétera. Voz tamanaca. Los maipures y paragenas lo llamaban nepi. D. t. MAIMÚRE. Véase Hum- boldt, Viaje, VII, 21. ||–Cesto grande usado en las pesquerías



de Margarita. «Lo primero que hace es mandar con un mu- chacho a cada una de las rancherías, por distantes que estén, un mamure (especie de cesta) lleno de pescados frescos es- cogidos entre la mejor clase del lance.» (Andrés A. Level, Esbozos de Venezuela). ||–«Sombrero grande de 200 a 220 cm de circunferencia, tejido de bejuco de mamure, que sir- ve de paraguas» (Gorrochotegui). «Voy a buscar, mi chuspa
| mi churana, el mamure y la marima | por si viene garúa.» (Id. Aramare, XVI).

MÁNA (?). Nombre que dan en Maturín a los caños de co- municación (creeks) que enlazan dos ríos. Voz guaraúna. Cf. ITABO.

MANÁCA. Euterpe oleracea. Palma de tronco liso y esbel- to con ligeras curvas, alto de 36 m; hojas escasas, pinatisec- tas, de 21/2 m, con hojuelas lanceolado-lineales, puntiagudas, de 50 a 60 cm, y de nervio central con quilla superior; espá- dice con ramificaciones cubiertas de una capa blanquecina; frutos esféricos de 11/2 cm de diámetro, violado-oscuros, con cuya escasa carne y agua preparan los indígenas una bebida que tiñe los labios. Habita en las selvas húmedas del Orinoco y florece todo el año. La E. edulis, abundante en el Delta del Orinoco, lleva igual nombre, según Im Thurn. Crece en grupos de 12 o más individuos, cuyos tallos de 2 a 3 m están sostenidos por una espesa masa de raíces aéreas. Útil por su madera: las hojas sirven para techos y para fabricar cestos, y el cogollo cocido es legumbre para los índigenas. En ar. manaka. Según Humboldt, es voz de los maravitanos; es decir, del grupo lingüístico maipure; pero también indica Ruiz Blanco el vocablo entre los cumanagotos (grupo cari- be). Sinn. PALMITO, PALMICHE DE RIONEGRO. Reff. Ov., I,
332; Cod., 119; Humb., Geogr. de las pl., 227, ed. lat.



MANAMÁNO. Cierto pez de escamas del Lago de Maracaibo.

MANÁQUE. Oenocarpus minor. Palmera del Orinoco pa- recida al SEJE, pero menor en todas sus partes.

*  MANÁRE. Harnero, cedazo, tamiz, hecho de tiras de ca- ña entretejidas y destinado a cerner harina de yuca y otros usos. «El común ejercicio de los indios es tejer –manares en que cuelan las bebidas que hacen de todas frutas.» (Caul., I, 12). –«Seguidamente pasan la harina por un manare o ta- miz de caña.» (Cod., 131: ver tamb. 104). Voz car., ch. y cum. que existe asimismo en cal., gal., etcétera. En aruaco, má- nali. Carvajal escribe incorrectamente manaure. ||–En Occ. y la Cord. es hoy un aro de mimbre provisto de un ligero enrejado de cañas, junco o corteza y suspendido del techo por tres cordones, con oficio de aparador. Cf. ADOROTE.
||–Metafóricamente se dice de un techo lleno de agujeros, con muchas tejas rotas, hecho una criba o de cosa semejan- te. –«El techo de nuestro rancho era lo que vulgarmente se dice un manare, y no gota a gota, sino chorro a chorro, se nos venía el agua del pajizo techo.» (E. Toro, Por las selvas de Guayana, 134). —«Con sólo tirar del gatillo de las carabi- nas hubiese rodado, hecho un manare el ancho pecho» (Urbaneja A., Ovejón!...). ||AVISPA MANÁRE. Especie de avis- pa más grande que la carnicera, amarilla y bravía, que fa- brica pequeños nidos redondeados en los árboles. Son estos nidos descubiertos, en forma de disco algo cóncavo, o sea a modo de MANARE: hácelos con la pelusa que cubre el envés de las hojas del CHAPARRO MANTECO y los abandona por la noche, para ir a sus faenas. ||CULEBRA-SAPA MANARE. Pe- queña serpiente que suele hallarse a orillas de las vertientes y arroyos hecha un rollo, cazando pequeños sapos y ranillas. Es muy ponzoñosa. E. Portuguesa.



MANÁTA. Árbol indeterminado de Coro.

*  MANATÍ. Manatus australis. Sirénidos. Mamífero acuá- tico, de cuerpo pisciforme terminado en una aleta simple, oval, horizontal; aletas pectorales grandes, movibles en la articulación del codo, mano pentadáctila; labios abultados, dientes de corona plana; mamas pectorales, que hacen re- lieve y se hinchan durante la gestación; piel grosísima. Color general gris ceniciento. Su longitud es de cosa de 3
m. Vive en el Orinoco, en sus tributarios y en el Lago de Maracaibo. Aliméntase de plantas acuáticas, y su carne es comestible y permitida por el clero católico en día de ayuno. De la piel hacen gruesas correas para bozales y estrobos destinados a barcos de remo. El M. americanus es otra es- pecie del país. Voz taína, que en el cal. aparece manáttui. Oviedo la tenía por un derivado del español «mano». (Hist., lib. XIII, 9); pero Gilii, con más fundamento, la hace indí- gena. Corresponde al car. mianatére, al gal. manatí, al ch. manatir, etcétera, que significan pecho, seno de mujer; y veo con satisfacción que el Dr. Bousignac, del Callao, la refiere también del arec. manatí con igual analogía. El plu- ral es MANATÍES, como escribe Castellanos; Gómara (Méx.,
24) trae Manatís. Martyr y Tolosa dan a la voz la forma es-
pañola manato, del todo obsoleta, quizá pensando, como Oviedo, en una etimología también española. Reff. Cas., V, 304; Cast., 1, Eleg., c. 4º; Cod., 169.

MANAVÍRE. Cercoleptes caudivolvulus. CUCHICÚCHI, arriba.

*  MANGA. Variedad de MANGO, de fruto más grande, re- dondeado, aromático.



*  MANGLÁR. Extensión cubierta de mangles. –«El vien- to canta en el manglar sombrío» (Lazo M., Veguera).
«Una (piragua) que debía de ser de mal navegar – –se quedó trasera y por no ser tomada se metió en unos mangla- res del río» (Aguado, I, 413). U. t. en C. Rica. Reff. Cast., 1, Eleg. I, 6; N. Reino, II, 380; Cod., 9 y pass.

*  MANGLE. Rhizophora Mangle. Árbol mui ramoso, lam- piño, con numerosas raíces adventicias que se convierten en tallos; hojas opuestas, simples, pecioladas, coriáceas, ente- ras. Trasovadas u ovales, obtusas; estípulas intrapeciolares; flores axilares, pedunculadas, cáliz persistente, pétalos la- cerado-lanosos en el margen; fruto monosperno, abortivo. Críase en todo el litoral, y en el Orinoco, y forma espesos matorrales llamados MANGLARES. Mide de 15 a 30 pies de alto y suministra troncos gruesos de 10 pulgadas; pero de or- dinario se cortan de menor diámetro para viguetas. Madera de un rosado oscuro, fuerte, duradera en el agua, de un peso específico de 1,03, utilizada también para leña y carbón. La corteza y hojas sirven para curtir. –«Viéndole un caste- llano, metióse en el agua con su escopeta e tiroles detrás de un mangle, de muy cerca.» A. Urdaneta, en Col. de docum. inéd. del arch. de Indias, t. V. Voz de origen asiático: en ma- layo mangghi mangghi, lo mismo. Ernst, sin embargo, sos- tiene el origen guaraní del vocablo mediante el análisis gramatical. Ref. Cas., II, 246; Cod., 95; Gros., II, 400; Cobo, II,
112. ||–Avicennia sp. Especie indeterminada. Sucre ||–BLANCO.
Laguncularia racemosa. Combretáceas. Árbol de 20 a 25 pies de alto, de hojas opuestas, elípticas, lampiñas; racimos y flo- res opuestos; limbo del cáliz persistente, cuasi acampanado, con 5 divisiones obtusas; corola con 5 pétalos pequeños, cae- dizos, patentes; 10 estambres en dos series; estilo aleznado, estigma de cabezuela; nuez coriácea, monosperma, corona- da por el cáliz. Abunda en lugares pantanosos a orillas de



los lagos y del mar. Madera dura y pesada (peso esp. 0,86), de textura fibrosa y compacta, color gris, con vetas u on- dulaciones algo parduscas. Se usa en viguetas, leña y car- bón. Sucre. Ref. Gros., II, 399. ||–BOTONCILLO. Conocarpus erecta. Combretáceas. Árbol silvestre, abundante en el li- toral de Venezuela, donde se eleva a 20 ó 25 pies de altura, con un grosor de 9 a 10 pulgadas. Madera mui dura y pe- sada, compacta, de grano fino y textura fibrosa; color gris veteado o pardo, variable con el tiempo; olor miasmático durante largo tiempo; peso específico 1,0. Útil para curvas de lanchas y botes y para carbón de fragua; durable en te- rrenos arenosos. Corteza de color moreno, tanante (Gros., II, 399). El C. procumbens es una especie más pequeña.
||–COLORADO. Veáse MÁNGLE. Sucre, etcétera ||–JABA. Espe-
cie indeterminada. ||–MULATO. Especie indeterminada. ||–NE- GRO. Avicennia nitida, A. tomentosa. Verbenáceas. Árboles pequeños del litoral, con ramos derechos, cuadrangulares, blancos, lampiños; hojas opuestas, simples, enteras, coriá- ceas de cara inferior blanca-pulverulenta; flores blancas, en racimos axilares. Madera mui buena, semejante a la del mangle blanco. «El nombre negro le viene por el color que toman las hojas al secarse» (Ernst). Falcón, Sucre. ||–PENDA. Especie indeterminada. Véase PENDA, adelante. ||–PRIETO. Avicennia tomentosa. Madera semejante a la del mangle blanco; peso específico 0,87. (Gros., II, 389). Ref. Cod., 95.
||–SALADO. Especie indeterminada. Zulia. ||BARBA DE MANGLE. Materia filamentosa, rojo amarillenta, que produce el mangle. Se deshace fácilmente en el agua, a la que comunica aquel co- lor, y éste se vuelve morado agregando a la solución unas gotas de amoníaco o de una solución alcalina. Supone Ernst que sea un pirenomisete del género Quaternaria.

*  MANGO. Mangifera indica. Anacardiáceas. Árbol fron- doso y su fruto. Hase aclimatado del todo en el país, donde



fue introducido después de haberse hecho éste indepen- diente. «Hállanlo (el estilo), y con divina ingenuidad lo ex- presan al hallarlo, el bucare, el mango y la palmera.» (Díaz
R. Camino de perfección, 28). Del malayo mangga, lo mis- mo. U. t. la voz en C. Rica, etcétera ||–DESPEGARSE COMO MANGO MADURO: partir aprisa, morir. –«Se habían despe- gado como mangos maduros los tres bemoles de la oligar- quía.» (Tosta G., Partidos en facha, 211). «¡En cuanto les amarró la cara el toro, se despegaron como mangos madu- ros!» (Picón F., Fidelia, 285). «Si no, es que se nos despega como un mango maúro» (Cabrera M., Mimí, 33). ||–PISAR UNA CONCHA DE MANGO: dar un mal paso; alusión a los res- balones que ocasiona la corteza del mango arrojada en los pavimentos. –«Dotol, ande ojo de garza, porque usté está pisando una concha de mango con ese viejo.» (Cabrera M., Mimí, 151).

*  MANÍ. Arachis hypogaea. Leguminosas. Planta rastrera y su fruto. –«Una fructa tienen los indios en esta Isla Española que llaman maní, la qual ellos siembran, e cogen, e les es muy ordinaria planta en sus huertos y heredades, y es tama- ña como piñones con cáscara, e tiénenla ellos por sana: los chripstianos poco caso haçen della, si no son algunos hom- bres baxos, o muchachos, y esclavos, o gente que no perdo- na su gusto a cosa alguna. Es de mediocre sabor e de poca substancia e muy ordinaria legumbre a los indios, e hayla en gran cantidad.» (Ov., I, 274). Los vendedores ambulantes que pregonan el maní tostado por las calles de Caracas no deben ser de la misma opinión de Oviedo en cuanto al jaez de los consumidores de esa legumbre. Voz taína: en cal. manli. Sin. CACAHUETE. Ref. Cas., V, 309; Cast., N. Reino, II, 152; Cod.,
116. ||–SIGA EL MANÍ: siga la fiesta!



MANÍ. Véase PARAMÁN. «La resina más célebre se llama maní; nosotros hemos visto masas de ella del peso de mu- chos quintales, parecidas a la colofonia y la almáciga... Es bastante notable que el nombre de mani, que Aublet ha oído en boca de los indios Galibis de Cayena, haya sido encontra- do por nosotros en Yavita, a 300 leguas de la Guayana france- sa.» (Humboldt, Viaje, etcétera, VII, 22). Del cal. y ch. mane; car., gal. y cum. mani, cera, paz. En tupi, mani. La acentuación debería ser MÁNI. Cf. MÉNE, abajo Ref. Cod., 102.

MANICÉRO. Vendedor de maní tostado.

MANÍRE. Anona Manirote. Ver. MANIRÓTE. Es hoi tan só- lo voz geog. (LOS MANÍRES). Ref., Carv., 368; Ben., nú- mero 65.

MANIRÍTO. Anona Jahnii. Arbusto ramoso, de hojas al- ternas, simples, enteras, pecioladas, elípticas u obovales, acuminadas, aterciopeladas arriba, lampiñas debajo; cáliz tri- sépalo, rudimentario; corola con 3 pétalos gruesos, estriados, de un amarillo claro; fruto ovoide, a veces oblongo, largo de 5 a 6 cm, con muchas semillas agrupadas en torno a una pla- centa central, cónica, y englobadas en una pulpa blanca, agri- dulce. Críase en terrenos húmedos del Llano y fructifica en junio y julio. –«Y rico pan de campesina fiesta, | Sobre el rojal desnudo de manteles | El manirito volcará su cesta.» (R. Carreño R., El manirito).

MANIRÓTE. Anona Manirote. A. Purpúrea. Árbol fron- doso, no mui alto, de hojas grandes y fruto compuesto, bas- tante grueso, globoso, con la masa carpelar amarilla, dulce y comestible. Fructifica en la estación lluviosa y abunda en los Llanos. Sin. TURÁGUA.



*  MAÑÓCO. «De la yuca hacen (los indios) el mañoco, esto es, una harina de esta raíz tostada, la cual conservan por muchos años en saquitos de marima» (Cod., 130). –«De la rallada yuca | sobre el budare | tostar el mañoco | y ha- cer casabe» (Gorrochotegui, Aramare, VI). En la manipu- lación de esta harina se obtiene un producto ligeramente ácido que asegura de ese modo su conservación. Del guara- mandióg, tupi mandioca, que sirvió a Pison para designar la yuca con la expresión latinizada radix mandihoca. En ca- si todas las lenguas maipures del Alto Orinoco hai nombres análogos al baré machóca para denominar aquella harina. El galibi manihoc y el moderno brasileño mandioca designan más bien la yuca misma.

MAPAMÓN. Especie de árbol indeterminado. Estado Lara.

*   MAPANÁRE. Lachesis mutus. Serpiente mui venenosa.
«Dos o tres escamas separan las placas internasales por delan- te; de 10 a 15 escamas sobre una línea entre las supraoculares; 9 a 10 supralabiales; escamas aquilladas y tuberculosas, lige- ramente imbricadas en 35 a 37 hileras; 200 a 230 ventrales; 32 a 50 subcaudales. Color amarillo o rosado en el lomo con una serie de manchas pardas romboidales o de manchas negras que encierran una más clara; lista negra extendida de los ojos a los ángulos de la mandíbula. Longitud: 1991/2 cm de los que 17 corresponden a la cola» (Calmette). El L. Lansbergii es tam- bién de nuestra fauna. La especie más común en el país es de colores que forman por encima una cadena de negro y amarillo sucio, mientras que por debajo es de un amarillo que degenera sensiblemente en blanco; por esta parte tie- ne dos hileras de escamas movibles (Cod., 219). La cola es prehensil en algunas especies, y en otras suele estar pro- vista de una suerte de uña en el extremo; y estas últimas di- cen que son las más temibles. «Aquel ingerto asqueroso |



de mapanare y pereza, | más torpe que la torpeza, | más que el áspid venenoso» (R. Arvelo, Acertijo). ||–Hormiga negra de Guayana, de casi 20 mm de largo, cuya picadura es pon- zoñosa. Cf. VEINTICUATRO. ||–Planta medicinal de Portu- guesa, cuyas hojas estrujadas despiden un olor como el de la serpiente MAPANARE. ||–Sanseviera, planta textil. ||–RABO- FRITO. Serpiente de la misma clase que la MAPANARE ordina- ria, pero más grande y de pintas mui pequeñas. Danle este nombre porque su cola es mui delgada. «Frascos bocones dentro de los cuales se podrían, faltos de alcohol, varias ma- panares rabo-fritas.» Cabrera M., El reflejo de los remansos azules...». Ref., Cod., 219. ||SER UNA MAPANARE: ser perso-  na en extremo dañina. A veces se refuerza la frase diciendo: ES UNA MAPANARE ENCOVADA, o ES UNA MAPANARE DE LAS DE UÑA EN EL RABO.

MAPÍRE. Canasto pequeño que en Guayana fabrican los indígenas con hojas de palmera. Los grandes se usan co- mo urnas funerarias. –«Se conservan los esqueletos en ma- piros, especie de cestas.» Cod., 253. «Y acomodados (los restos) | los tengo en el mapire» (Gorrochotegui, Aramare, VI). Del ch. mapirit, lo mismo. Geog. Ref. Cod., 253.

MAPÓA. Vasija de barro en forma de sopera. –«Escurre, Mayabiro, la mapoa | del carato.» (Gorrochotegui, Ara- mare, VI). Voz us. en Guayana.

MAPÓRA. Oenocarpus Mapora. Palmera de tronco cilín- drico, inerme, con anillos algo prominentes, alto de 13 m y grueso de 10 a 12 cm. Sus hojas, de 4 m de largo, son pi- nadas, con 50 a 60 hojuelas lineales a cada lado del limbo, mui puntiagudas, rojizas al abrirse; pecíolo anchamente abrazador, cubierto de un indumento furfuráceo de color oscuro; inflorescencia con dos espatas debajo de las hojas;




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